domingo, 7 de noviembre de 2010

Difícilmente amarillo 7/noviembre/2010

Está bien, no tengo certeza de absolutamente nada.
Tiempo.
Tiempo es lo que necesitamos.
Sanar, curar, zurcir las heridas que tanto han sangrado.
Es como un círculo sin fin, me decías… Al parecer si, nuestro modo de relacionarnos es a través de la hostilidad.
Incertidumbre… no tengo y no siento nada más que una enorme incertidumbre que carcome las pocas neuronas que me van quedando…
Sólo debo esperar… esperar a qué?
No sé, no sé nada.
Sin embargo, me siento tan bien en este maldito estado.
Sádica/Masoquista? Sí, puede ser.
Me gusta hacer daño y ser dañada.
Tan suspicaz! Por qué?
Qué? Quieres que te responda?
Te digo, no se absolutamente nada!
Pensamientos suicidas y aberrantes, sí.
Ideas de que me quieren dañar, sí.
Sensaciones de que me desean lastimar, que están en mi contra, sí.
Y eso no creo que cambie. A me medida que los años van avanzando estos malditos pensamientos cada vez se van acentuando progresivamente cada vez más y más…
Malditamente testaruda y obstinada… Sí.
Al parecer creí que no me conocías… pero que sorpresa me llevé al escuchar todo tu amargo discurso, sí, me conoces. Que lástima, me gusta permanecer en el anonimato. Ves? Te has llevado tanto de mí, estaré tranquila cuando me devuelvas lo que te llevaste. Dos años de mí. Devuélveme aquello y quedamos en paz. Te lo juro.
Es extraño extrañar a extraños.
Si sé que soy extraña. Los tengo asumido. A la gente le da miedo relacionarse con gente como uno… A la gente le gustan los convencionalismos. A la gente le asusta lo que sale de la “normalidad” la tediosa y aburrida normalidad, común y vulgar. La otra noche soñé contigo, recuerdas? Sí, te lo conté.
Era un sueño revelador. Debería quedarme con ese sueño y decirte adiós de una vez por todas.
Contigo me equivoqué y lo seguiré haciendo. Te cuento algo? Te lo contaré en voz bien bajita, para que los de al lado no puedan escucharme… Estoy arrepentida, te extraño, hay días en que la soledad me embarga y se apodera de este cuerpo y de estos pensamientos. Te llevaste tanto de mí… De verdad, si me devuelves aquello quedamos en paz, no hay cuartel no te molesto más.

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