Tenías todo de mi, absolutamente todo
mi ser, mi razón, mi locura, mis movimientos y mi lujuria...
tenias mi cuerpo, que te pertenecía desde lo más recóndito y secreto
hasta... lo más visible.
Fuiste el dueño de mi aroma, cuando me respirabas...
Tuviste el calor de mis manos y de mi vientre...
Reinaste entre mis piernas, y te dediqué mis gemidos.
Decoraste con colores y nuevas formas mi corazón
pintaste mi cabeza y le obsequiaste colores nuevos....
Tuviste mis pensamientos, y te adueñaste de mis palabras,
porque amor
lo fuiste TODO.