Era un día con sol pero frío, sus días favoritos.
Tenía un chaleco que no la abrigaba mucho, era color coral,
que hacia juego con el color de sus uñas.
Tarareaba una canción que conoció hace poco.
De pronto, recuerdos bruscos asaltaron su tranquilidad.
¿Lo conocía realmente?
Es decir, lo conoció alguna vez?
Y no supo qué responderse a si misma.
Se imaginó una cáscara de huevo, algo pequeño y maleable.
Mutó- Mencionó en voz alta, con la mirada fija en unos libros
sucios por el polvo acumulado de meses.
Intentó tomar el té que tenía servido, pero quizás cuánto tiempo
divagó que ya estaba lo suficientemente frío.
Tomó un sorbo, para aplacar la sensación de ahogo.
¿Quién fue?
¿Lo conocí?
¿Tanto puede transformar su forma de ser una persona?
Te interesan las cogniciones, los afectos y la conducta humana..
-Se respondió para si- Algún ápice podrías deducir...
Pero con él era imposible. Después de todo, los sentimientos
tiñen los pensamientos... o al revés.
Y las preguntas eran inmensas. Pero se encontraban en el estómago
no en la cabeza. Eso la tranquilizó.
¿Con quien estuve tanto tiempo?
Por fin logré verbalizar en primera persona.